Rosa Palomino realiza una entrevista. Puno. Archivo: Rosa Palomino y Yeny Paucar.

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Entrevista a Rosa Palomino
Kay pacha 1905

Achakumpita qamaqimpita. Intérprete: Francisca Machaca. Huacullani, Puno, 1995. Recopiladora: Rosa Palomino.

Traducción del audio

El zorro y el ratón

Un ratoncito estaba construyendo su casa, haciendo un hueco en medio de muchas yerbas. El zorro se acercó y le dijo: “Y tú, ¿qué es lo que estás haciendo, señor Diego?”. El ratón le respondió: “Yo estoy haciendo un hueco profundo, porque se acerca el juicio de fuego, arderemos todos”. Mientras el ratón seguía trabajando, el zorro, preocupado, le dijo: “Y para mí, ¿no podría hacerme un hueco similar? Yo también quiero ponerme a buen recaudo”. “Entonces, te haré un hueco para ti, para que ahí nos cobijemos y nos salvemos”, respondió el ratón. El zorro entró al hueco. Enseguida, el ratón lo tapó con muchas ortigas y cactus, y se fue. Después, al zorro le dio hambre. Pasó un día, dos y tres y no pudo más. Al intentar salir se dio con las espinas y se dijo: “Ah, en verdad es el juicio de fuego y aún continúa”. Y volvió al interior del hueco. Así es como se quedó unos dos días más. El zorro ya no pudo más con el hambre, gritaba y gritaba, y al no poder aguantar más el hambre, salió volando del hueco diciendo: “Qué importa lo que pase, me saldré a como dé lugar”. Comprobó que no hubo juicio de fuego ni nada y que el hueco había estado tapado con muchas espinas. Y se dijo: “Así que el ratoncito me engañó, iré a buscarlo ahora mismo, lo encontraré y pagará por haberme hecho morir de hambre”.

El zorro encontró al ratoncito apoyado en una roca. Le dijo: “Señor Diego, cómo me puede engañar de esa manera, no hay juicio de fuego”. “¡No! En serio, habrá juicio, por eso estoy sosteniendo esta roca que está a punto de caerse. Si se cae, el mundo quedará en tinieblas. Así que ayúdame a sostenerla, yo estoy cansado”, le respondió. El ratoncito consiguió que el zorro se quedara junto a la roca sosteniéndola. Luego, se fue enseguida. El zorro sostuvo la roca hasta cansarse; al soltarla, esta no se movía.

El zorro se fue en busca del ratoncito. “Cómo es posible que el ratoncito me haya engañado otra vez. Lo encontraré aunque sea lo último que haga”, decía. Al caminar, encontró al ratoncito cerca de un pozo de agua. Le dijo: “¿Por qué me engañaste de esa manera? La roca ni se movía”. “Mire, señor zorro, un queso cayó al fondo de este pozo. Yo no puedo sacarlo. Por favor, sáquelo usted”, le dijo el ratoncito. No era un queso, era el reflejo de la luna llena. Y el zorro, lleno de codicia, se lanzó al interior del pozo y murió.

Traducción libre de Walter Escobar Cotrado.

Comentario

El zorro y el ratón son personajes recurrentes de la tradición oral del sur andino. En el relato, a través de su ingenio, el ratón logra engañar al zorro, un animal famoso por ser un timador.