LA MEMORIA DE

SUS HISTORIAS

¿Cómo se preserva la memoria?

Al llegar a América, territorio nuevo para los europeos, interpretaron la naturaleza y a sus habitantes a partir de sus propias creencias y símbolos. Y aunque provenían de una cultura fundamentalmente oral, consideraban que la escritura fijaba la verdad y era un rasgo de civilización. Por ello, les llamó la atención la ausencia de las letras en el mundo andino prehispánico. 

A su vez, las diversas culturas que habitaban estos territorios transmitían sus memorias principalmente a través de los mitos, los cuales eran plasmados en cerámicas, quipus, textiles, entre otros. Muchos de ellos se perdieron o fueron destruidos.

Y en todo el reino había escribano…
Éstos tenían tanta habilidad, pues que en los cordeles supo tanto, ¿qué me hiciera si fuera en letra?

Felipe Guamán Poma de Ayala. Primer Nueva Coronica y Buen Gobierno, ca. 1615.

En suma decían en los versos todo lo que no podían poner en los nudos. Y aquellos versos cantaban en sus triunfos y en sus fiestas mayores y los recitaban a los Incas noveles cuando los armaban caballeros. Y de esta manera guardaban la memoria de sus historias…

Y como los nudos fueran letras eligieron historiadores y contadores (que llamaron quipucamayoc, que es “el que tiene cargo de los nudos”), para que ellos –y por los hilos y por los colores de los hilos y con el favor de los cuentos y de la poesía- escribiesen y retuviesen la tradición de sus hechos. Esta fue la manera de escribir que los incas tuvieron en su república.

Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales de los Incas, 1605.

Como estos indios no tienen letras ni cuentan sus cosas sino por la memoria que de ellas queda de edad en edad y de sus cantares y quipos, digo esto, porque en muchas cosas varían, diciendo unos uno y otros otro, y no bastara juicio humano a escribir lo escrito, sino tomara de estos dichos lo que ellos mismos decían ser más cierto, para lo contar.

Pedro de Cieza de León, Crónica del Perú. El señorío de los Incas, 1555.

Diario de abordo

Diario de abordo (1492-1493), de Cristóbal Colón, transmite el asombro de los europeos sobre la naturaleza, geografía y costumbres de América. El manuscrito original, hoy perdido, fue entregado a los Reyes Católicos. Llegó a la actualidad a través del resumen preparado por Bartolomé de las Casas (1474-1566).

El día pasado, cuando el Almirante iba al Río del Oro, dijo que vio tres sirenas que salieron bien alto de la mar pero no eran tan hermosas como las pintan, que de alguna manera tenían forma de hombre en la cara. Dijo que otras veces vio algunas en Guinea, en la costa de la Manegueta. Dice que esta noche, con el nombre de Nuestro Señor, partiría a su viaje, sin más detenerse en cosa alguna.

Cristóbal Colón, Diario de abordo, 1492-1493.

El mate burilado

El arte del mate burilado se remonta a las culturas prehispánicas. A inicios del siglo XX, este arte se asienta en Cochas, Junín. En el mate se plasman escenas e imágenes de la vida cotidiana y de eventos especiales. Es una forma de narrar que relata y transmite la forma de vivir y la memoria de distintos pueblos andinos. 

Sixto Seguil Dorregaray – Costumbres y vivencias del pueblo andino del Valle del Mantaro. Mate burilado, 2005.

Dioses y hombres de Huarochirí

En 1608, Francisco de Ávila, sacerdote de Huarochirí, participó en el proceso denominado extirpación de idolatrías. Su objetivo era descubrir la persistencia de las antiguas creencias indígenas. En ese contexto dirigió la recopilación del Manuscrito de Huarochirí. Este conjunto de relatos da cuenta de la cosmovisión andina prehispánica y de la historia de las distintas comunidades de Huarochirí, representadas a través de dioses y héroes.