
¿Quiénes somos? ¿Cómo somos? Son preguntas que han cobrado fuerza desde nuestra Independencia y en momentos críticos nos han cuestionado como sociedad. Esta reflexión sobre nuestras identidades ha tenido lugar también en nuestra literatura.
Después de la Guerra del Pacífico (1879-1883) se busca reconstruir el país a partir del reconocimiento del sujeto indígena como identidad primordial de la nación.
En sus obras, Ricardo Palma, Clorinda Matto, Manuel González Prada y José Carlos Mariátegui motivan debates que trascienden en el tiempo preguntándose qué es y cómo debe ser la nación.
Posteriormente, otros escritores y pensadores representan a las diversas identidades y sus vínculos con el territorio. Así, el último periodo de violencia política (1980-2000) es explorado para denunciar, reflexionar o sensibilizar.
¡Sigo siendo! ¡Aún estoy vivo! es una expresión quechua con la que José María Arguedas (1911-1969) explica su sentir y su obra. En ella representa el universo andino en un contexto de creciente modernidad, opresión cultural y desigualdad.
Vivió su infancia entre hacendados e indígenas en Apurímac y Ayacucho, donde lo marcaron las penurias y la sensibilidad de los indígenas. Estas vivencias determinaron su creación literaria, donde constantemente se pregunta sobre las identidades.
También se dedicó a la antropología y a la educación: recopiló y estudió mitos, leyendas, relatos, canciones, danzas y fiestas populares de muchas regiones del Perú. La obra de Arguedas invita a pensar en cómo se construye el país, cómo son las relaciones entre los mundos andino e indígena y el mundo urbano. ¿Cómo es nuestro presente en un país de tantas culturas?
EL ZORRO DE ARRIBA: AHORA HABLAS DESDE CHIMBOTE; CUENTAS HISTORIAS DE CHIMBOTE. HACE DOS MIL QUINIENTOS AÑOS, TUTAYKIRE (GRAN JEFE HERIDA DE LA NOCHE), EL GUERRERO DE ARRIBA, HIJO DE PARIACACA, FUE DETENIDO EN URIN ALLAUKA, VALLE YUNGA DEL MUNDO DE ABAJO[…] OYE: YO HE BAJADO SIEMPRE Y TÚ HAS SUBIDO. PERO AHORA ES PEOR Y MEJOR. HAY MUNDOS DE MÁS ARRIBA Y DE MÁS ABAJO. EL INDIVIDUO QUE PRETENDIÓ QUITARSE LA VIDA Y ESCRIBE ESTE LIBRO ERA DE ARRIBA; TIENE AÚN IMA SAPRA SACUDIÉNDOSE BAJO SU PECHO. ¿DE DÓNDE, DE QUÉ ES AHORA? YANAWIKU HINA TAKIYKAMUWAY ATISPAQA, ASLLATAPAS, CHIMBOTEMANTA. CHAYMANTAQA, IMAYMANATA, IMAYNAPAS, MUNASQAYKITA WILLANAKUSUN ¡YAW! YUNGA ATOQ. [COMO UN PATO CUÉNTEME DE CHIMBOTE, OYE, ZORRO YUNGA. CANTA SI PUEDES, INSTANTE. DESPUÉS HABLEMOS Y DIGAMOS COMO SEA PRECISO Y CUANTO SEA PRECISO].
José María Arguedas. El zorro de arriba y el zorro de abajo, 1971.
Esta aplicación nace del mural "Y el Perú, ¿qué?" realizado por el artista huancaíno Josué Sánchez.
Aquí encontrarás videos, audios y fragmentos literarios que dan cuenta de la historia y la diversidad cultural y natural de nuestro país.
INGRESARA partir de la década del 60 se incorporan a nuestra literatura la voz testimonial o las visiones míticas y el vínculo con los territorios. Con ello se busca representar la pluralidad social y cultural y cuestionar la injusticia. Así, la literatura se abre a distintos lenguajes y formas de hablar. De esta forma se deja de pensar al Perú como una identidad única.

En la década del 70, Manuel Scorza publicó La guerra silenciosa. Esta obra, cargada de sarcasmo y misterio, está compuesta por cinco novelas y trata el proceso de recuperación de tierras desarrollado por las comunidades campesinas de los andes centrales entre 1950 y 1962.
Scorza visitó estas comunidades y conversó con las personas implicadas en esta lucha, quienes cobran un carácter legendario en estas novelas.
La tres mitades de Ino Moxo (1981) narra el viaje por la Amazonía que hacen César Calvo, autor de la novela, y su primo para entrevistar a Ino Moxo, un sabio del pueblo Amahuaca. Ellos, influidos por las visiones y revelaciones del ayahuasca, observan la complejidad y belleza del mundo amazónico.
El río es un poemario escrito por Javier Heraud. Con este libro ganó, junto a César Calvo, el Premio Poeta Joven del Perú en 1960. La obra de Javier Heraud significa la valoración de la vida, el amor, la naturaleza y las luchas sociales. Sus ideales de justicia lo llevaron a participar en grupos políticos y guerrillas en América Latina. En este contexto perdió la vida en la selva de Madre de Dios. En su homenaje se han compuesto varias antologías, canciones, libros.
ERA VIDA
El conflicto armado interno (1980-2000) significó la pérdida, la desaparición y el desplazamiento forzoso de miles de personas hacia las ciudades. Estos hechos generaron fracturas en nuestra sociedad. Por ello, nuestra literatura propone preguntas desde diferentes perspectivas: ¿Por qué sucedió? ¿Cómo lo vivimos?¿Qué significa olvidar y qué recordar? Además, los personajes literarios se debaten entre dilemas políticos y sentimientos como la búsqueda y la incertidumbre, el olvido y el recuerdo, la supervivencia y la muerte, el miedo y el coraje, la solidaridad y la indiferencia.
En los cuentos que conforman su libro El cazador, Pilar Dughi reflexiona sobre los rezagos que la violencia política dejó en la salud mental de las personas, en especial en niños, niñas y mujeres. Así mismo, existen otros medios artísticos donde se representa el escenario de violencia política experimentado por la niñez y la adolescencia. Este es el caso de la historieta Luchín González y el cortometraje Una pequeña mirada.

—TE ESPERABA, ROSA. SABÍA QUE VENDRÍAS.
—¿TE LO DIJO ALGUIEN?
—LIBORIO, TU HIJO.
—¿LIBORIO?
MI CORAZÓN SALTÓ ALBOROZADO.
—DÍMELO —DIJE ABRAZANDO NUEVAMENTE AL PERRITO, ACARICIANDO SU PELO CRESPO, LANOSO—. ¿DÓNDE?, ¿DÓNDE VISTE A MI HIJO?
—CÁLMATE —ME RESPONDIÓ LAMIENDO MI MANO—, POR AHORA NO LO VERÁS TODAVÍA. ÉL ESTÁ ARRIBA, EN EL CIELO, ALLÍ DONDE ESTÁN GUIÑANDO LAS ESTRELLAS.
—¡EN EL JANAQ PACHA! —DIJE ALEGROSA, DOBLANDO MIS MANOS —. ¡GRACIAS, DIOS MÍO! —ME ARRODILLÉ—,
GRACIAS POR TENERLO EN TU GLORIA INFINITA.
Y ME ENCOMENDÉ AL DIOS WARI WIRACOCHA NUESTRO CREADOR.
En 2001, la novela Rosa Cuchillo (1997), de Óscar Colchado, fue llevada al teatro por Ana Correa, actriz y cofundadora del Grupo Cultural Yuyachkani. Rosa Cuchillo es una madre que busca a su hijo desaparecido a causa de la violencia política. En su caminar recuerda su vida y transita por los distintos mundos de la visión andina para encontrar respuestas: el Uqhu Pacha, Hanaq Pacha y Kay Pacha.

Preludio obligado
Lector, aquí me tienes por quinta vez en liza, de históricos recuerdos te mando otro centón:
huyendo de un presente que el genio esteriliza, mi templo es el pasado, mi altar la tradición.
De incásica huaca yo sé los secretos;
alcoba cerrada nunca hay para mí;
yo entiendo de magia, yo sé de amuletos,
yo soy taumaturgo, yo soy zahorí.
Ricardo Palma, Tradiciones peruanas, 1879.

Hoy mismo hablaré con el gobernador y con el cura, y tal vez mañana quedarás contenta prometió la esposa de don Fernando, y agregó como despidiendo a Marcela–: Anda ahora a cuidar de tus hijas, y cuando vuelva Juan tranquilízalo, cuéntale que has hablado conmigo, y dile que venga a verme.
Clorinda Matto de Turner. Aves sin nido, 1889.

Hablo, señores, de la libertad para todos, y principalmente para los más desvalidos. No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico y los Andes; la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera.
Manuel González Prada, Discurso en el Politeama, 1889.

El indio no representa únicamente un tipo, un tema, un motivo, un personaje. Representa un pueblo, una raza, una tradición, un espíritu. No es posible, pues, valorarlo y considerarlo, desde puntos de vista exclusivamente literarios, como un color o un aspecto nacional, colocándolo en el mismo plano que otros elementos étnicos del Perú.
José Carlos Mariátegui, 7 ensayos de interpretaciones de la realidad peruana, 1928.



Durante las horas siguientes apenas durmió, esperando que clareara el día. Sabía que de todas maneras podría morir, si no en la huida, tal vez cuando se entregase a la base militar. Quizás lo golpearían y torturarían. Pero, si se quedaba, también moriría tarde o temprano. Desde que la idea de escapar había sido mencionada por su padre, Darwin había experimentado una sensación extraña de vergüenza y temor pero luego, poco a poco, había terminado por aceptar que era un traidor. Ya había traicionado al partido con sólo desear huir. Pensaba en Shoreni y todavía la rabia lo invadía. Recordaba que los hombres se equivocaban y juzgaba que los mandos estaban en un camino incorrecto. Ya no sabía exactamente qué era lo correcto o lo incorrecto.
“El cazador”, en Ave de la noche, 1996.

“Rasu-Ñiti” era hijo de un Wamani, grande, de una montaña con nieve eterna. Él a esa hora le había enviado su “espíritu”: un cóndor gris cuya espalda blanca estaba vibrando.
La agonía de Rasu-Ñiti, 1962.

El canto del zumbayllu se internaba en el oído, avivaba en la memoria la imagen de los ríos, de los árboles negros que cuelgan en las paredes de los abismos.
Los ríos profundos, 1958.

—¿Acaso? En la costa también, el agua se agarran los principales nomás, el último ya riegan, junto con los que tienen dos, tres chacritas; como de caridad le dan un poquito, y sus terrenos están con sed de año en año.
Agua, 1935.

–Rendón: ya no eres un común, un indio de ordinario. Pero sigues indio. Dios habrá dispuesto, cómo y para qué. Sabes mucho, entiendes, tienes pensamiento. ¿Adónde llegarás? No al mal, Rendón Willka. ¡Lo sé! Hablas como indio, aunque con tanto entendimiento que ligas a mi potro con la luz de afuera y sabes lo que es patrón. [...] ¡Que Dios no te abandone! Cuida a mis criaturas. Tú sabes cómo. Son tus hermanos.
Todas las sangres, 1964.

¿Imamantam ruwaqa ñutquy? ¿Imamantapunim ruwasqa sunquypa waqaq aychan, taytallay ducturkuna? Mayukunam qaparichkan, mana chay ducturkunapa aypanan manchay uku, manchay qori tuta, qollqituta qaqakunapa chaupinpi; chay qori qollqi tuta rumimantam ñutquy, umay, diduypas.
Huk Doctorkunaman qayay, 1966.

Amanecí vestido, agarrado a los barrotes. Los maleantes no cantaron. La noche era interminable. Sólo el ruido de los carros que pasaban por la Avenida Bolivia me causaba alivio, me transmitía la imagen de la ciudad, su movimiento, su pulso, la esperanza de la libertad. Lo oía todo. Un emolientero pasó empujando su carretilla hacia la Avenida Alfonso Ugarte. Ya lejos silbó una canción de moda.
El sexto, 1961.